Prueba: Scania R 590 Highline (II). Palabras mayores

Para seguir a cualquiera, pero no cualquiera podrá seguirle.

Scania R 590. Para competir en todas las ligas. / Redacción Ruta del Transporte
SILVIO PINTO

26 de enero 2022 - 19:22

Ya adelantamos parte del carácter del R 590 en la primera entrada, a modo de prólogo, que le dedicamos a esta atractiva versión. Y es precisamente su carácter, y algunos detalles más que iremos desgranando en este post, lo que hace realmente especial a nuestro protagonista.

No es difícil encontrar en el catálogo del propio fabricante soluciones que superen a este R 590 en tamaño, prestaciones, consumo e incluso equipamiento, pero en ningún caso marcando grandes diferencias (salvo en potencia pura con el todopoderoso 770 cv). Como contrapartida, este modelo sí que puede poner tierra de por medio con esos competidores “de marca” en algunos parámetros como veremos.

...estamos probablemente ante la mejor cabina del catálogo del constructor sueco...

En Imagen

El R 590 luce el motor más exclusivo (y grande) que se comercializa en la actualidad en el transporte pesado, que no es otro que el V8 de 16,4 litros de cilindrada, y eso ya supone imagen de poderío.

En la oscuridad también recordaremos que se trata de un V8.

En el interior, como nos tiene acostumbrados Scania, encontraremos recordatorios permanentes de dicha motorización, con “V8s” distribuidos por toda la cabina: pared posterior, reposacabezas, guarnecido de las puertas, alfombrillas, mesita escamoteable, o incluso en el display del cuadro de instrumentos a modo de saludo motivador cuando “ponemos el contacto”.

Se trata de un bombardeo razonable, que refresca al conductor su afortunada situación. Un rojo intenso en algunos ribetes, como en el cuadro, o cosidos en volante y asientos de cuero potencian, con acierto, la condición musculada con cierto aire deportivo de nuestro protagonista.

Recordatorios V8.

Exhibe también probablemente la mejor cabina del catálogo del constructor sueco. No es la que se estableció como buque insignia en esta nueva generación, porque ese testigo lo recogió la variante de techo alto (Highline) de la serie S, pero la R Highline (techo alto) es una cabina claramente premium.

Recordemos que la principal diferencia entre ambas está en el piso plano de la S frente al túnel motor de 15,5 cm de la R. Como consecuencia, los 2,07 m de altura máxima interior que tienen las dos cabinas, se quedan en poco más de 1,91 m en la zona central de esta última.

Luego, por detrás quedarían las variantes S y R de techo normal, que repiten diferencias, en este caso para compartir altura de 1,85 m que se reduce a casi 1,70 m en la segunda sobre el túnel motor.

Esta R está pensada para un solo tripulante.

Por lo tanto, esta cabina R ofrece un mejor acceso y comportamiento dinámico que su equivalente S sin perder un ápice de presencia.

En motor

Ahora hablamos del aspecto prestacional. Hay que destacar nuevamente que este propulsor es el primero de los cuatro V8 en marcar diferencias respecto a los DC13 recientemente “supervitaminados”. La versión de 530 cv está viendo seriamente amenazada su razón de ser con los nuevos “Super”, pero nuestro protagonista, que es el siguiente escalón en potencia de la familia V8, pone sobre el asfalto 3.050 Nm de par a 925 rpm, y eso son palabras mayores para los mencionados seis cilindros.

Ahora los gases de escape del V8 se reciclan en dos etapas.

Aquí encontramos otro punto fuerte muy importante. Tiene capacidad para separarse en prestaciones de los mejores trece litros del mercado, cuando la situación así lo requiera, pero también está facultado para competir en consumos con ellos, cuando circula a su ritmo, una dualidad poco habitual.

Con la nueva caja de cambios G33CM, que soporta un par de torsión de 3.300 Nm se completa una cadena cinemática de primer nivel, y completamente actualizada. Recordemos que los V8 recibieron recientemente algunas modificaciones de calado, como una nueva bomba de combustible de alta presión y un aumento de la relación de compresión y por supuesto la correspondiente actualización de hardware y software de gestión del motor.

La colocación de los peldaños facilita el acceso.

En seguridad y ergonomía

En ergonomía domina con autoridad. Cuanto más extendamos este concepto, más destaca nuestro protagonista. El acceso al puesto de conducción es notablemente más sencillo que en las cabinas S, no solo por el peldaño de menos, sino por la verticalidad menos acusada del último tramo.

El conductor cuenta con todos los reglajes necesarios de asiento para obtener una postura de trabajo óptima, pues disfruta de la versión Premium, "acabado" que se repite para el sistema de infoentretenimiento.

Entorno premium para el conductor.

Completando la zona de trabajo encontramos el cuadro de instrumentos High, que es el de más alta gama de este fabricante, y el mejor "analógico" que existe en el mercado (y que espero aguante unos años ante la pujanza de los digitales, porque en nada les envidia).

También en "ergonomía del desplazamiento" destaca la cabina R, pues si bien esos 15,5 cm de túnel motor no dejan un espacio tan diáfano como en la S, sí que marcan diferencias con los 33,5 cm de la cabina G, que ya suponen una cierta dificultad para el trasiego interior.

¿Y en materia de seguridad? Pues encontramos EAS, LDW LCP, LDAAS, AEB, EBS, Hill Hold, ESP, FLC, Scania Driver Support, alarma antirrobo de combustible...

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