¿Cómo funciona realmente un híbrido enchufable?
Los PHEV (Pluging Hybrid Electric Vehicle) aúnan lo mejor de dos mundos, sobre el papel, pero no todo el mundo sabe cómo funcionan.
Los vehículos que incorporan tecnología de propulsión PHEV (híbridos enchufables) son vehículos que disponen de dos motores para su propulsión, uno eléctrico y otro térmico. Ambos tienen potencia suficiente como para desplazar al camión, furgoneta, turismo o bus sin el concurso del otro.
No son muchos los modelos que podemos encontrar en el mercado con esta tecnología, pues al necesitar los elementos clásicos que acompañan a un motor de combustión y los de una máquina eléctrica su precio se encarece significativamente.
En el segmento de las furgonetas de transporte de mercancías solo hemos conocido una versión que no es propiamente un PHEV pero en la que el fabricante ha optado por esta denominación. Nos referimos a la Ford Transit Custom Van Plug-in Hybrid.
Se trata en realidad de una furgoneta eléctrica de autonomía extendida. Esto significa que la máquina eléctrica es la única responsable de impulsar el vehículo, alimentada por una pequeña batería de 13,6 kWh de capacidad que le proporciona la autonomía necesaria para obtener la homologación de vehículo cero emisiones.
En este caso el motor térmico, que es un Ecoboost de un litro de cilindrada alimentado por gasolina, actúa en todo momento como un generador, siendo el encargado de recargar la batería de tracción durante la marcha.
En el ámbito de los vehículos pesados sí que tenemos un híbrido enchufable puro; o mejor dicho, una marca que ha apostado por aplicar esta tecnología a sus dos sus gamas más urbanas: Nos referimos a las series L y P PHEV de Scania. Estas versiones pueden circular propulsadas por el motor diésel, por el eléctrico o por ambos.
Funcionamiento del PHEV
Para comprender su funcionamiento hay que saber que la cadena cinemática está formada por: el motor diésel, la caja de cambios, la máquina eléctrica, el árbol de la transmisión y el grupo diferencial (sin entrar en más detalles).
La caja de cambios es de seis velocidades y comparte armazón con la máquina eléctrica, que en este caso está formada por dos motores colocados en serie.
Cuando funciona exclusivamente el motor diésel, el camión consume gasóleo (como cualquier otro), y es el rendimiento de este propulsor el que marca sus prestaciones.
Si optamos por seleccionar el modo eléctrico, será la máquina eléctrica la encargada de impulsar al vehículo alimentado por la carga existente en las baterías, como en cualquier otro camión eléctrico.
Así es el funcionamiento básico de un camión híbrido enchufable sin más. El gasóleo se repone en su depósito correspondiente como cualquier camión diésel, mientras que las baterías se recargan en un enchufe como cualquier vehículo eléctrico.
Podemos complicar un poco la experiencia si permitimos que ambos motores trabajen a la vez. Ésta es una posibilidad que si viene acompañada de un acertado software puede reducir significativamente los consumos de gasóleo además de conseguir un mayor empuje por la suma de ambos propulsores.
También puede ocurrir que el motor de gasoil tenga una segunda función: actuar como generador para recargar las baterías de tracción como tradicionalmente lo hace el alternador con las de arranque.
Hemos visto el funcionamiento básico de un camión híbrido enchufable, que como hemos comentado aúna las ventajas de las dos tecnologías que emplea: kilómetros “infinitos” a base de gasóleo y cero emisiones con su modo eléctrico.
En una próxima entrega trataremos más a fondo, desde un punto de vista más técnico, las ventajas, los inconvenientes y las prestaciones reales de esta tecnología.
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