Tips para conducir en invierno
La “masiva” incorporación de ADAS (sistemas de ayuda al conductor) han mejorado significativamente la seguridad activa de los vehículos en cualquier circunstancia, pero no son infalibles.
Los vehículos actuales son mucho más seguros que los que se comercializaban a principios de siglo, especialmente en el apartado de la seguridad activa.
La razón está en los ADAS que incorporan ya incluso de serie para cumplir con la normativa europea correspondiente.
Sin embargo, según algunos estudios llevados a cabo, cuando las condiciones atmosféricas son adversas (lluvia, nieve …) la precisión de estos sistemas no es la misma.
Así pues, en estas circunstancias (y siempre) el conductor no debe confiar su suerte por completo a la tecnología, y debe ser parte activa en el manejo del vehículo, extremando su atención.
Damos por sentado que nuestro coche ha sido revisado y está en perfectas condiciones para afrontar el invierno (neumáticos, luces, líquidos refrigerantes con anticongelante …).
A continuación vamos a enumerar algunos tips “clásicos”, conocidos probablemente por la mayoría de conductores (especialmente los profesionales) y que apelan al sentido común en muchos casos, pero que no deberíamos echar en olvido:
Temperaturas bajo cero
- Iniciar la marcha sin revolucionar mucho el motor, y sobre todo sin solicitar demasiado el concurso del turbo para no dañarlo.
- No emplear el lavaparabrisas a temperaturas bajo cero (el agua podría helarse en contacto con el parabrisas). Hay que limpiarlo antes de ponerse en marcha.
Lluvia
- Evitar, en la medida de lo posible, circular por las zonas más encharcadas para evitar el efecto aquaplaning.
- Adecuar nuestra velocidad al campo de visión disponible.
- Mantener una distancia de seguridad acorde al estado de la vía, del vehículo y de nuestra pericia.
Nieve/hielo/niebla
- Conducir de manera muy suave, a bajas revoluciones y sin acelerones bruscos.
- Emplear el freno de pie, cuando fuera necesario, con progresividad y suavemente.
- En el caso de vehículos con frenos auxiliares (retarder, freno motor), no emplear estos sistemas, puesto que al actuar solo en un eje incrementan las posibilidades de patinamiento.
- Incrementar la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede. No confiarse en que por su tamaño o configuración pueda necesitar más distancia en caso de frenado de emergencia (podría llevar neumáticos de invierno y sorprendernos a pesar de que contáramos con todos los ADAS del mundo).
- En caso de niebla intensa, hacer uso del alumbrado correspondiente. Cuando la niebla cese, apagar las luces de niebla, puesto que pueden producir deslumbramiento.
Viento
- Tratar de no circular esos días con elementos que nos hagan más vulnerables a las ráfagas del viento: portaequipajes exteriores, vacas, remolques…
- Especial atención en los adelantamientos a vehículos voluminosos por el impacto del viento cuando nos adentramos y salimos de su “rebufos laterales”.
- Incrementar la distancia de seguridad lateral significativamente cuando adelantemos a ciclistas o motoristas por el motivo señalado en el punto anterior.
- Reducir la velocidad en la medida en la que el viento aumente la suya.
- Evitar, en la medida de lo posible, la circulación en carreteras con árboles, postes, etc, y por supuesto estacionar en sus proximidades.