El juego de las preguntas
Nuestra sociedad está asistiendo a cambios cada vez más frecuentes y veloces pero... ¿tienen sentido?
Que vivimos en una “sociedad acelerada” es casi más fácil de demostrar que el hecho de que sea una “sociedad avanzada”.
Muchas son las preguntas que no encuentran respuesta sencilla para justificar el segundo entrecomillado. Si nos centramos en el ámbito del transporte y la automoción éstas (me refiero a las preguntas) brotan como las setas tras la tormenta, con el añadido de que en materia de sostenibilidad nunca escampa en los últimos años.
Que hay señales que indican que el cambio climático está más cerca de ser una realidad palpable que una invención de un puñado de iluminados parece cada día más obvio.
Quizá pueda haber más debate coherente respecto a los motivos reales desencadenantes de este funesto episodio, pero de momento es el CO2 el sentenciado tras un paso efímero por el banquillo de los acusados.
Y puesto que el culpable está localizado, todo aquello que “huela” a dióxido de carbono (entiéndase la metáfora) está contaminado.
Por este motivo, y no por ningún otro (que nadie sospeche de aviesas intenciones en este noble fin de salvar el planeta) hay que eliminar los motores de combustión ya, y apostar por la electromovilidad sustentada en la pila de hidrógeno o en las baterías, pero...
Preguntas sin respuestas ciertas:
- ¿Cuánto “menos” contamina un vehículo eléctrico alimentado con energía “no verde” (que es la que se está empleando en la actualidad mayoritariamente) desde su embrión hasta su sepultura definitiva que un Euro VI E?
- ¿Cuánto contamina el achatarramiento del parque actual europeo que emplea motores de combustión?
- ¿Cuántas economías (y no me refiero a las de países) está llevándose por delante las "eficientes" decisiones adoptadas por aquellos que tienen potestad para tomarlas?
- ¿Cuántos propietarios (de vehículos) verían con buenos ojos que el importe de las subvenciones oficiales para achatarramiento se empleara en transformar sus propios vehículos en ecológicos?
- ¿Cuánto más rentable sería para el ciudadano de a pie esta solución?
- ¿Cuánto menos menos lucrativa resultaría esta medida para los actores más implicados en la sostenibilidad?
Hay muchas más preguntas, muchísimas más, "sin respuesta", pero como nuestra intención es ir recogiendo las contestaciones "oficiales" que vayan surgiendo (o evolucionado si se prefiere), de momento con esta media docena vamos servidos.