El sueño. Pecados y trucos
Tras varias horas al volante es inevitable que aparezca el cansancio, pero el sueño hay que que evitarlo a toda costa.
La conducción de un camión o furgón cada día cuenta con más automatismos y ayudas, creando el caldo de cultivo perfecto para la somnolencia o el despiste si nos relajamos en exceso en los últimos kilómetros de una larga jornada. Si queremos mantener a raya al sueño deberíamos tener en cuenta los siguientes puntos:
- Dormir lo necesario a diario. Lo sé, es fácil decirlo pero el día a día hace que sea difícil llevarlo a cabo. No obstante, no debemos olvidar que, en la medida de lo posible, cada minuto que añadamos a nuestro descanso nocturno (o diurno si conducimos de noche) puede ser vital para que no aparezca la temida modorra, o lo haga, al menos, de manera más liviana.
- Calidad del sueño. Generalmente nos acostamos con la intención de conciliar el sueño cuanto antes, después de haber estado conectado al móvil o al ordenador para ponernos al día en redes sociales, noticias o similares. Error. Lo ideal es que el sueño le encuentre a uno en lugar de ir a buscarlo. La solución: unos minutos de lectura de un buen o mal libro (no importa que sea aburrido, mejor aún) con una música instrumental (para evitar el acompañamiento vocal) suave, y a soñar.
- Con la música a otra parte. Ya al volante la música puede ser nuestra aliada para mantenernos bien despiertos. En este caso sí que es más recomendable que venga acompañada de letra para que nos invite a dar lo mejor de nosotros mismos, aunque eso sí, sin descuidar la atención de la carretera. Las baladas quedan descartadas.
- La posición al volante. Aunque tengamos por delante una larga jornada de conducción, nuestra postura no puede ser la misma que la adoptamos en casa para ver un maratón de películas el fin de semana, ni la que nos pide el cuerpo después de una opípara comida. Cómodos sí, pero la ergonomía ha de regir la regulación del asiento pensando en favorecer una conducción segura.
- Comidas frugales. Precisamente si hablamos de la comida, es recomendable que las ingestas que hagamos durante el periodo en el que tenemos que conducir no sean copiosas. Las digestiones pesadas son uno de los peores enemigos del conductor.
- Hidratación. Los especialistas recomiendan hidratarse cuando se hace ejercicio, pero también cuando se lleva a cabo una actividad más estática. El motivo es que el cerebro es muy sensible a la deshidratación, y un aviso de éste durante la conducción puede provocar una reducción puntual de la atención.
- Un poco de gimnasia. Es recomendable activar el cuerpo antes de ponernos al volante y en las paradas pero, ¿y conduciendo? Por supuesto que no se puede efectuar ninguna actividad que suponga una distracción, ni contorsionar nuestro cuerpo para revitalizarlo si ello supone una merma en la atención al tráfico, pero conocemos un remedio casi mágico: los ejercicios isométricos. No todos, pero sí que podemos hacer algunos para estimular la musculatura y evitar el entumecimiento de la misma, sin perder un ápice de la concentración en la conducción.