Logística griega muy cercana
A menudo tomamos a Grecia como referente en aspectos filosóficos y culturales, pero en la actualidad no tanto en lo que respecta a tecnología o de desarrollo económico. Todo ello no impide que el puerto del Pireo sea el mayor y más cercano al Canal de Suez, la puerta de comercio desde oriente a la cuenca mediterránea y por extensión a Europa.
De la mano de la geopolítica, es interesante destacar que la china Cosco es el mayor accionista de este puerto y ejerce su control sobre él. Y nos encontramos como contrapunto con inversiones norteamericanas en las operaciones logísticas griegas, concretamente en Atenas y Alejandrópolis. Aunque todo esto suene lejano al devenir de la gestión de nuestras flotas, los problemas a los que hacen frente estas iniciativas han sido estudiados en profundidad por Konstantinos Haniotis, actual vicepresidente de la ELA (European Logistics Association).
Haniotis pone el foco que el hecho evidente de que en la capital Helénica el tráfico y la contaminación local del aire, además del impacto de huella de carbono, son problemas acuciantes que se derivan de entre otras fuentes también de una intensa distribución logística. Sin embargo, el reparto de última milla en una ciudad con un canal horeca potente, donde también ha proliferado el e-commerce y con un casco antiguo salpicado de pequeños comercios, es una inevitabilidad.
Ya nos va sonando a más familiar este conflicto entre servir a nuestra sociedad para mantener un nivel de confort y posibilitar la industria turística, tan cercana a nosotros, y a la vez permitir la habitabilidad de la ciudad y proteger la salud de sus habitantes y visitantes. Una manera de conciliar estos intereses encontrados puede ser mediante el desarrollo de un marco regulatorio.
No obstante, estas regulaciones a veces viven desconectadas de la realidad, y sirva como ejemplo decir que allí se ha impuesto el reparto en horas nocturnas exclusivamente, lo que acarrea la necesidad de mantener una plantilla capaz de cubrir también estas horas de la noche con el solo propósito de acopiar los establecimientos. Obviamente, esto no está al alcance de autónomos y pequeños comercios, que son la mayoría en aquel entorno. Lejos de solucionar el problema, la foto presenta la concentración durante las primeras cinco horas de la mañana de vehículos de reparto “parados” en el centro ateniense y es que en palabras del propio Konstantinos, “donde hay tiendas hay paradas”.
Las soluciones propuestas vienen de la mano de los ya manidos, y no por ello son menos válidos, acrónimos y terminología:
- Digitalización, IA, Machine Learning, robótica, aplicadas a los vehículos que cambiarán la forma de mover productos.
- Economía circular, que afectará la logística enormemente ya que ésta estará al servicio también de la reutilización, reparación, reacondicionamiento y reciclado de los productos.
- Nuevos modelos de negocio, que podrán contribuir a resolver los retos citados, pero que presentarán otros nuevos y la necesidad de adaptación de todos los actores en la distribución.
- Cooperación entre sistemas de información, que será un pilar fundamental de cualquier actividad.
Podemos ver ahora cómo la contribución estadounidense va más allá del dinero y también pone a disposición de la logística todo su poderío tecnológico para ofrecer soluciones que permitan vivir hoy en las ciudades como nos gusta pero también poder seguir haciéndolo mañana.