La espantada del señor ministro
Por Manuel Perezcarro Martín, secretario general de Froet.
Oscar Puente Santiago, actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, es un político singular. Amante de las redes sociales para comunicar sus opiniones y ocurrencias, es un personaje desinhibido que dice lo primero que se le pasa por la cabeza sin valorar los efectos. Vamos que tendría que aplicarse la frase de Aristóteles "el hombre es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio" y quizás le fuera mejor, sobre todo cuando eres ministro de España.
Desde que tomó posesión, no ha dejado de pregonar las bonanzas del ferrocarril como ejemplo de movilidad sostenible, y parece que su ministerio fuese esencialmente defensor de este medio de transportes.
De hecho, en la nueva estructura del ministerio, la Dirección General de Transporte Terrestre pasa a denominarse de transporte por carretera y ferrocarril, algo irrelevante porque ambos modos son terrestres.
Digo esto, porque la ausencia del ministro en la clausura del décimo noveno congreso de transporte de mercancías organizado por la CETM, organización mayoritaria del sector de transporte de mercancías por carretera, fue sonada. Ni siquiera delegó en algún alto cargo del ministerio, cosa que en las diecinueve ediciones del congreso no había ocurrido jamás. Un acto de desprecio al sector muy significativo. Él sabrá.
El ruido que esta noticia ha producido en todos los medios de comunicación probablemente haya sido la que le ha hecho recapacitar y ha convocado a CETM a una reunión en el ministerio, de la que, en su momento, daremos oportuna información.
Veremos a ver si es para disculparse solamente – que estaría bien – o, además, pone a trabajar a su gente para empezar a resolver los enormes problemas que tiene el sector, que estamos cansados de denunciar y que no voy a repetir aquí por ser conocidos de todos.
Si nuestro sector es imprescindible y esencial para el ciudadano, para el desarrollo económico de un país y contribuye decisivamente al bienestar social, cualquier gobernante responsable debe atender sus necesidades.
Llevamos prácticamente un año de inmovilismo dentro del ministerio; desde que se inició la campaña electoral de las autonómicas y municipales. Hasta noviembre del pasado año no se constituyó el nuevo gobierno y se nombró nuevo ministro. Luego se remodeló el ministerio con el nombramiento de nuevos cargos; todos los anteriores fueron sustituidos, por lo que tuvieron que empezar a conocer sus responsabilidades. Por último, varios funcionarios de alto nivel adscritos a la Dirección General de Transportes por Carretera y Ferrocarril, por una razón u otra, han cesado en sus respectivos cargos.
A eso hay que añadir las últimas campañas electorales, Galicia, País Vasco y Cataluña. Ahora las europeas. ¡Válgame, Dios!
La perspectiva, no puede ser peor. Si el ministro Puente no se pone las pilas y hace lo mismo con su equipo, la situación del sector será muy complicada.
Pero señores, esto es lo que hay; y con esto bueyes tenemos que arar.