"La casa siempre gana": grandes expectativas en la digitalización de transporte
Por Alfredo Noya, senior sales Iberia en Transporeon.
En las anteriores entregas de Píldoras hemos hablado de varios temas que considero claves para una digitalización exitosa de los procesos de transporte: los datos, el análisis, la comunicación, la didáctica. Hoy quiero añadir una cosa más: la necesidad de gestionar las expectativas.
Así que, con esta idea, vamos con esta última Píldora del año, que tendrá un cierto carácter cinematográfico.
INTRODUCCIÓN
En la reciente feria Logistics & Automation tuve el privilegio de presentar el último lanzamiento de mi compañía y, con todo lo anterior en mente, traté de centrarme en cómo la solución podía influir de forma concreta en las organizaciones de transporte. Es decir, traté de manejar correctamente las expectativas.
En mi opinión, en la feria hubo muchas presentaciones de gran interés, pero también otras que simplemente daban vueltas sobre los mismos conceptos de siempre (resiliencia, sostenibilidad, palancas…) proponiendo literalmente “nada”.
No me cuesta entender los recelos de tantas personas ante la Digitalización: tener unas expectativas demasiado altas, no tener un plan claro u objetivos realistas, puede llevar al desánimo.
Y las expectativas no se resuelven hablando sin parar de los problemas… Como dijo el gran dibujante Quino “hay más ‘problemólogos’ que ‘solucionólogos’, pero ¿qué vamos a hacerle”.
Venga, vamos a buscar soluciones concretas.
LA TRAMA
En la película de 2001 Ocean’s Eleven, el protagonista tenía un proyecto en la cabeza: identificó un objetivo (tres, en realidad), diseñó un plan minucioso que hiciera posible el éxito, y después reclutó un talentoso equipo para llevarlo a cabo. En otras palabras, cuando tuvo claro lo que quería hacer y cómo hacerlo, buscó las herramientas necesarias para conseguir su objetivo.
EL NUDO
¿Cuáles son los principales problemas que afectan a la productividad y rentabilidad (no solo económica) del transporte? Os propongo estos cuatro:
- Los tiempos de espera.
- Los kilómetros en vacío.
- El control de las emisiones CO2.
- Una conexión limitada con el mercado.
¿Y cuáles son los procesos de transporte que pueden ayudar a solucionar los problemas anteriores? De nuevo, propongo cuatro:
- a) La compra de transporte, incluyendo el benchmark de mercado y la predicción de costes, y teniendo en cuenta aspectos más allá del precio, como las emisiones de CO2.
- b) La ejecución de transporte, para automatizar la asignación y disponer de datos históricos con los que privilegiar a aquellos transportistas con mayor capacidad y compromiso de carga, y así reducir los kilómetros en vacío a través del matching óptimo entre Shipper y Carrier.
- c) La gestión de los muelles, para reducir los tiempos de espera, incrementar la productividad de los transportistas y, de esta forma, mejorar los costes y el nivel de servicio.
- d) La visibilidad en tiempo de real de las operaciones, para proporcionar información a los receptores de mercancía, aumentar la previsión para los transportes siguientes y, por supuesto, tener una mayor capacidad de reacción ante imprevistos.
Y hay más cosas, como el CMR electrónico y la automatización de la facturación de transporte, para agilizar los procesos administrativos, legales y financieros.
EL DESENLACE
Recordemos una vez más ¿cuáles son las consecuencias de hacer siempre lo mismo? Que los resultados son, en el mejor de los casos, siempre los mismos.
O como dice Danny Ocean: “Porque la banca siempre gana. Si juegas mucho y no cambias de apuesta, la banca te arruina”.
No existe ninguna solución que mejore los procesos el 100%, ni tampoco que lo haga de cero a 100. Hay que focalizarse en prioridades, marcarse un plan de desarrollo y asignar los recursos necesarios. Así de simple, así de complejo.
Como siempre, espero que estas ideas os entretengan e inviten a la reflexión. Ah, y aprovecho para desearos Felices Fiestas.