Scania potencia el conocimiento y consumo del biocombustible HVO

Todos los motores de la marca están certificados para el uso de este producto sin necesidad de hacer modificaciones ni pasar por el taller. 

Camión de Scania en circulación.

El fabricante de camiones Scania pone en valor el consumo y conocimiento del biocombustible HVO, acrónimo de Hydrotrated Vegetable Oil, que hace referencia al proceso de hidrotratamiento por el cual un residuo lípido se convierte en diésel. El aceite de cocina usado y las grasas animales son la materia prima utilizada para su producción.

Según explica la marca, el resultado es un diésel elaborado sin usar recursos fósiles, lo que supone una reducción de las emisiones de CO2. El porcentaje de esa reducción va a depender de las materias primas empleadas en su fabricación y del proceso. Por ejemplo, si las materias primas son grasas animales, la reducción de emisiones de CO2 será entre el 75 y el 90% respecto al diésel fósil; un porcentaje que aumenta hasta el 80-95% en el caso de usar aceites usados de cocina como materia prima.

"El HVO es una herramienta clave para ofrecer a nuestros clientes una opción que no solo es eficiente, sino que también responde a las necesidades medioambientales de hoy. Todos nuestros motores están certificados para el uso de HVO sin necesidad de hacer ninguna modificación ni pasar por el taller, lo que nos permite estar más cerca de nuestros clientes, ayudándoles a reducir su huella de carbono sin cambiar su operación", ha explicado Roberto San Felipe, director comercial de camiones, preventa y logística de Scania Ibérica.

VENTAJAS Y RETOS DEL HVO

En la práctica, el uso del HVO es idéntico al diésel tradicional, pero con el beneficio de la reducción de emisiones de CO2. La calidad de este diésel está garantizada por una norma establecida, que los hace aptos para el uso en vehículos.

Para su producción se emplean residuos, lo que soluciona un problema de gestión de los mismos y les otorga un valor al convertirlos en materia prima. Y otra de sus ventajas es la flexibilidad de su producción, ya que el HVO puede ser puro o mezclado con diésel convencional en distintas proporciones.

Asimismo, en cuanto a los desafíos en torno a este biocombustible, el primero es la disponibilidad de materias primas para su elaboración y el coste algo más elevado que tiene producir HVO respecto al diésel convencional. "Sin embargo, su rápida expansión y la economía de escala, están consiguiendo abaratar ese coste", precia Scania.

Por parte de las distintas compañías multienergéticas, se está apostando por este tipo de biocombustible, ofreciéndolo en cada vez más estaciones de servicio, ya que tanto la red de distribución como de repostaje no requieren de ninguna modificación. Por ejemplo, Repsol cuenta con más de 500 estaciones de servicio en las principales ciudades y corredores de transporte de la Península Ibérica. Con 479 estaciones en España y 48 en Portugal, la compañía multienergética continúa ampliando su red de estaciones con combustibles renovables con el objetivo de acabar el año con más de 600 y terminar 2025 con 1.500.

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