Fiat E-Ducato: pensado para ser útil

Fiat Professional ofrece su emblemático modelo electrificado, con soluciones prácticas y provechosas.

El Ducato se electrifica para ser útil. / Redacción Ruta del Transporte
SILVIO PINTO

05 de noviembre 2021 - 19:22

Fiat ha puesto en el E-Ducato una buena dosis de sentido común, para convertir a su vehículo comercial estrella en una herramienta útil. Por eso ha elegido la acreditada tercera generación como base para la electrificación, pues ofrece dos ventajas: mayor fiabilidad que un vehículo completamente nuevo (aspecto que adquiere mayor importancia cuando ya de por sí, la tecnología aplicada es novedosa) y un coste inicial más ajustado.

En este sentido (ajuste de precio), nuestra unidad ofrece un volante que tan solo se desplaza en profundidad, un asiento del conductor que reduce sus reglajes a la mínima expresión (aunque cuenta con reposabrazos interior) y un banco corrido para dos acompañantes sin cajón de almacenaje, ni polivalencia alguna (bueno sí, parte del respaldo de la plaza central se pliega para convertirse en una "mesita/portafolios").

Buen espacio para tres ocupantes.

Sin embargo, en la búsqueda de esa utilidad, ofrece regulación eléctrica de los cuatro retrovisores, cámara de marcha atrás, un razonable almohadillado para las posaderas de los tres tripulantes, apertura independiente de la zona de carga y de la cabina con el mando a distancia, y apertura de las puertas traseras hasta los 180º.

Tecnología eléctrica útil

Esa utilidad de la que hablaba al inicio alcanza su máxima expresión en la manera en la que el fabricante ha implementado la tecnología eléctrica en su E-Ducato. La máquina eléctrica que lo impulsa puede entregar 280 Nm de par motor y 122 cv, pero no hay necesidad de sacar todo el músculo en todo momento, pues su abuso va en detrimento de la autonomía.

Par y potencia se reducen en el modo Eco para reducir el consumo.

Por ese motivo encontramos tres modos de conducción, Normal, Eco y Power. El paso entre ellos es sumamente sencillo: un botón ubicado en el salpicadero nos permite cambiar de uno a otro con cada pulsación. El orden de paso es el citado anteriormente y de manera cíclica, es decir, siempre después del modo Normal tendremos el Eco y a continuación nos encontraremos con Power, y otra vez Normal.

Con el E-Ducato el paso del diésel a la tecnología eléctrica está mucho más cerca de ser una realidad.

Buen criterio, porque si circulando en Eco, que es el más restrictivo de todos, necesitáramos potencia (por ejemplo para un adelantamiento comprometido), con una sola pulsación entraría en acción el modo Power, proporcionando una inyección de par muy notable frente a la moderada entrega que ofrece el primero.

El modo Normal, como se puede imaginar, ofrece un compromiso entre prestaciones y ahorro energético, y permite una velocidad punta en torno a los 95 km/h. Eco y Power acortan y estiran respectivamente ese límite en unos 10 km/h.

Su característico frontal inclinado soporta muy bien el paso del tiempo.

Y hablando de prestaciones, el E-Ducato que estamos presentando en este post puede presumir de la mayor autonomía de su segmento. Monta cinco módulos de batería que suman 79 kWh de capacidad, y que dan para recorrer 370 km según el protocolo WLTP, que se convierten en 235 km cuando los módulos son tres (47 kWh).

Para regenerar en ruta disponemos de dos posibilidades: una de ellas equivale casi a circular en punto muerto cuando levantamos el pie del acelerador, sin retención alguna (E-Coasting). En esas mismas circunstancias la segunda regenera aprovechando la inercia del vehículo, y proporcionando un grado de frenado muy útil para controlar la velocidad del mismo (E-Braking).

Hay que tener presente que en los vehículos eléctricos esta función no está disponible cuando la batería se encuentra con su máxima carga. En nuestro E-Ducato fue posible hacer uso de ella cuando los acumuladores habían descendido al 95%.

El volante tan solo ofrece reglaje en profundidad.

El selector del cambio, instalado en el tablier presenta tres posiciones fijas, marcha atrás, marcha adelante y “punto muerto”, no disponiendo esta última, ojo, de la función “parking” habitual en los cambios automáticos, de modo que es necesario recurrir al freno de mano para bloquear el vehículo.

En ruta el E-Ducato mejora la experiencia de conducción respecto a los modelos diésel no sólo en el apartado sonoro, sino en el del mantenimiento de la velocidad en base a las dos posibilidades de retención que ofrece mencionadas antes. Hay que recordar que ya sin carga, nuestro E-Ducato tiene una MOM (Masa en Orden de Marcha) de 2.810 kg, y con ella (a plena carga) puede puede alcanzar los 3.500 kg. Con el E-Braking los descensos resultan sumamente más placenteros que con sus equivalentes diésel.

Muy útil la información que ofrece la nueva pantalla.

Para que el conductor conozca la mayor cantidad de datos sobre el estado de la marcha y de su vehículo Fiat ha incorporado una acertada pantalla táctil junto al pilar A izquierdo que compensa con creces la escasa información que ofrece el "ochentero" display del ordenador de abordo. Los detalles que comunica la nueva "herramienta" son numerosos y sobre todo útiles, como lo es en esencia el E-Ducato.

Para finalizar, y como dato curioso, Fiat Professional ofrece ocho años de garantía o 160.000 km con la batería de 47 kWh que se estiran a diez o 220.000 km para la variante de 79 kWh.

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