Ford Ranger Platinum: para el TrabajOcio

Pruebas

Esta versión del nuevo pick-up de la marca del óvalo parece estar hecha para confundir deliberadamente el ocio con el negocio.

Conducir el Ranger Platinum es "confundir" el ocio con el negocio.
SILVIO PINTO

05 de febrero 2024 - 17:45

Ya sucedió con el nuevo Raptor 3.0. La historia se repite. Es una herramienta de trabajo; - ¡menuda herramienta! - exclamarán algunos con cierta envidia más que justificada

Y es que no podemos olvidar que el Ranger es un pick-up cuyo cometido es servir como vehículo de trabajo.

En el caso de esta versión Platinum quizá podríamos añadir también que podría asumir cierto rol de vehículo de representación, siendo el buque insignia del modelo, claramente por encima de los XL y XLT, y por supuesto del Wildtrak y del Limited, quedando el Raptor como el más apto para los trabajos off-road más duros.

Aunque son más, hay dos aspectos que lo hacen fácilmente identificable respecto a sus distinguidos compañeros de catálogo: exteriormente calza neumáticos de 20" frente a las de 18" del Limited y del Wildtrak (el XLT se queda en 16"); y en su interior nos encontraremos con asientos climatizados en la primera fila.

Evolución continua

No deja de ser curioso (y muy loable por otro lado) que tras la desaparición de algunos competidores en el segmento de los pick-up, Ford, lejos de "dormirse laureles" haya continuado perfeccionando su “camioneta todoterreno” hasta alcanzar un nivel de seducción inimaginable hace apenas un par de décadas.

Las conexiones eléctricas de la caja nos recuerdan su carácter de "trabajador".

Con esta variante Platinum, este auténtico 4x4 con su cabina doble está en disposición de convertir las horas de trabajo tras su volante en periodos de disfrute.

Si tuviera tacógrafo, habría que sustituir el selector de conducción por el de diversión.

La “evolución equina” supone un incremento de 28 cv, alcanzando ahora 241 cv cuando el régimen sube a 3.250 rpm.

Hablamos de un 4x4 de 1,88 m de altura y 1,91 m de ancho con una MMA de 3,3 t que se alarga hasta los 5,37 m. Esto supone una carga útil de 925 kg, aunque en variantes más terrenales y con cabina simple puede alcanzar los 1.250 kg. Recordemos que conductor y pasajeros también son “carga útil”.

Si tenemos presente que además está homologado para tirar de un remolque de hasta 3.500 kg (con eje central, por supuesto) hasta completar una MMC (masa máxima del conjunto) de 6,6 t, estamos ante un vehículo muy capaz.

El estribo situado en ambos laterales traseros no penaliza el ángulo de salida.

En ruta sin transporte

Para que esa capacidad técnica tenga su reflejo en el asfalto (o fuera de él) sin renunciar a un dinamismo de primera, este Ranger esconde bajo su capó un V6 de tres litros que alimentado por gasóleo pone sobre los neumáticos una musculatura de 600 Nm.

Son 100 Nm más de par que el Raptor que probamos hace casi tres años motorizado por el EcoBlue TDCi de dos litros de la marca.

La “evolución equina” supone un incremento de 28 cv, alcanzando ahora 241 cv cuando el régimen sube a 3.250 rpm.

241 cv emanan del V6 que se agazapa bajo el capó de este Ranger.

Sí que mantiene el número de velocidades de su cambio automático (con convertidor de par hidráulico) en 10ª como su antecesor, pero parece que ahora lo sentimos más eficiente, aunque no sabría decir qué parte de culpa tiene en esta apreciación la mejora de par mencionada.

En carretera rara vez recurre el software a la 10ª, salvo que estemos en el entorno de los 120 km/h y siempre y cuando el turbo esté acallado.

Parece que la electrónica tuviera la orden de esconder la 10ª (incluso la 9ª no pocas veces) tan pronto sienta el primer resoplido del compresor, antes de que despierte.

El volante multifunción mantiene la configuración de la anterior generación.

Estamos hablando de un comportamiento llevado a cabo en vacío, de manera que es previsible que con carga la centralita que gobierna los cambios sea aún más contundente en el momento de seleccionar las velocidades con el fin de que el Platinum brille con luz propia.

En estas circunstancias, y con una conducción sosegada, podemos hacer que el consumo baje con facilidad de los dos dígitos, e incluso de los 9 l/100 (en nuestro caso hemos cerrado una tarjeta de 8,8 l/100 km) en una conducción mixta, pero con mayor peso de carretera abierta.

El tamaño de los retrovisores exteriores "entierra" los ángulos muertos.

Interior

La docena de pulgadas de la pantalla multifunción que preside la consola central acapara las primeras miradas apenas cruzamos el umbral de puerta.

Llama la atención su perfecta integración en el salpicadero (a pesar de su tamaño) y es sin duda la socia perfecta para que Sync 4 luzca visualmente todo su potencial de conectividad invisible.

Si tuviera tacógrafo, habría que sustituir el selector de conducción por el de diversión.

Y precisamente son los enormes retrovisores exteriores los que permiten al conductor un control visual sin parangón en este segmento. Su descomunal tamaño y calidad de imagen dejan poco resquicio para "encontrar" ángulos muertos.

Los asientos calefactados con regulación eléctrica son el complemento ideal para que el agrado de uso del volante complete una ergonomía que invita a pasar muchas horas a bordo, con independencia del tipo de terreno que pisemos, y sin atisbo de fatiga alguno.

El nuevo Ranger no se esconde: transmite confianza en cualquier terreno.

ficha técnica reducida

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