ID. Buzz Cargo: el repartidor de sonrisas
PRUEBA
La novedosa furgoneta eléctrica de Volkswagen revoluciona los parámetros tradicionales exigidos a los vehículos comerciales hasta la fecha, repartiendo sonrisas.
La ID. Buzz Cargo "amenaza" con ser el mayor éxito comercial de Volkswagen Vehículos Comerciales del siglo XXI si finalmente las ventas se corresponden con el impacto logrado hasta la fecha por la marca con este modelo. Nunca en la historia reciente una furgoneta de reparto ha llamado tanto la atención a su paso com el vehículo que presentamos en este artículo. Dos son sus argumentos para convencer al potencial cliente: imagen exterior y rendimiento de la planta electromotriz.
Hasta la llegada de la ID. Buzz Cargo, la mayor diferencia entre una “furgoneta” de viajeros empleada para uso particular y su versión van, destinada al transporte, estaba en que la elección de la primera respondía más a una decisión “pasional”. La importancia de la imagen exterior prevalecía sobre cuestiones más técnicas, operativas y de rentabilidad, como capacidad de carga, TCO, accesos, etc, que eran los aspectos más valorados para la adquisición de las versiones furgón.
La ID. Buzz Cargo va a conseguir (ya lo está haciendo) que muchos clientes “profesionales” se decanten por ella dejando de lado esa matemática casi milimétrica que rige el mundo del reparto de los grandes flotistas.
Al volante
Ponerse a los mandos de la ID. Buzz Cargo requiere un "periodo de adaptación". En primer lugar, el conductor (y sus acompañantes) deben mentalizarse de que serán numerosas las miradas que busquen su complicidad (acompañadas por una sonrisa, por supuesto) tras reconocer al simpático modelo alemán.
Los semáforos en rojo serán improvisados puntos de encuentro en los que, a poco que nos descuidemos, estaremos socializándonos con el vecino/a de carril (o mejor dicho ellos/as con nosotros), a base de gestos cuando la palabra no alcance.
Este probador ha tenido ocasión de conducir vehículos suficientemente llamativos como para girar cuellos a diestro y siniestro, pero he de reconocer que nunca estuvieron acompañados de tanta mueca risueña. La ID. Buzz Cargo será un reclamo, simplemente por su diseño, allá donde vaya, especialmente en estos primeros años hasta que se popularice, y esa virtud no tiene precio en un vehículo comercial.
RENDIMIENTO MECÁNICO DE LA ID. BUZZ CARGO
El otro argumento que refuerza la afirmación de que esta ID. supera con creces cualquier propuesta anterior de la marca en el ámbito de la electromovilidad aplicada al transporte está en el rendimiento de su cadena cinemática electromotriz en el más amplio sentido del término.
Un rendimiento sobresaliente en el plano de la eficiencia energética, pero sin dejar de lado las prestaciones. Y es que la Cargo no plantea problemas para mantener consumos en el entorno de los 15 kWh/100km con una conducción racional en entornos mixtos (ciudad y carretera) cuando la climatología no es severa.
Incluso si abusamos del asfalto más urbano en detrimento de las autovías y autopistas, podremos superar la barrera de los 500 km de autonomía sin pasar por el enchufe. Por cierto, admite velocidades de carga de hasta hasta 170 kW en CC (en CA 11 kW). Esto significa que en 30 minutos su batería podría pasar del 5% al 80% de su capacidad.
Sus prestaciones no se quedan atrás. Durante nuestra prueba hemos abusado del modo Eco, aunque hemos probado todos los demás (Confort, Sport e Individual, que se puede personalizar al gusto), porque entrega par suficiente como para ser la más rápida en los semáforos, y adelantar en carretera con la misma alegría que transmite a su paso.
Es cierto que el modo Eco supone una merma de prestaciones (los 310 Nm de par se moderan en la misma medida que lo hace la climatización), pero se nos antoja muy difícil encontrar escenarios en los que se pudieran echar en falta algunos de los 204 cv que entrega la máquina eléctrica a pleno rendimiento; quizá en un circuito de montaña, a plena carga y superando las velocidades legales a la que está sometido esta clase de vehículos.
Estos dos argumentos separan tanto al comercial eléctrico de Volkswagen de la competencia, que serán suficientes para seducir a un buen número de clientes profesionales, que dejarán de lado otro tipo de consideraciones.
Poco importa que el acceso al interior de la cabina no esté especialmente bien resuelto, con un reparto desigual de los dos escalones a superar (el primero está a 45 cm y el segundo solo es de 6.5 cm), ni que el compartimento de carga tenga unas medidas irregulares. La longitud alcanza los 2,24 m a ras del piso, no llegando al 1,80 m en la zona más desfavorable, mientras que la anchura “baila” entre el 1,73 m y el 1,37 m, dependiendo de dónde situemos el metro.
Hasta el ancho de la boca de carga trasera que descubre la puerta de doble hoja (de apertura de 180º) difiere en 10 cm (1,23 m ó 1,13 m). Eso sí, los 112 cm de altura se mantienen durante todo el marco. La altura interior (y ya cierro el compartimento de carga) ronda el 1,20 m hasta las traviesas y 1,25 m si estiramos el flexómetro hasta el techo.
La unidad testada apuesta por el limitador de velocidad frente al control de velocidad de crucero, decisión que consideramos más acertada en este vehículo que en uno con motor térmico y vamos a explicar el porqué.
Estamos hablando de una furgoneta eléctrica de carga homologada para una MMA de 3.000 kg, y es con ese peso y en los descensos prolongados en los que el limitador adquiere sentido, porque para no exceder la velocidad programada, la electrónica recurre a la máquina eléctrica que, actuando como freno eléctrico, regenera la batería de manera óptima sin perder velocidad.
Nos situamos de nuevo en el interior de la cabina de este "monovolumen de carga" (así lo vi desde la primera vez que me puse a sus mandos) para sintetizar las sensaciones que tiene el afortunado pasajero que se sienta frente al volante:
- Gran sensación de espacio interior gracias a la lejanía del parabrisas, alejado del conductor por la inclusión de una segundo pilar A.
- Buena visibilidad en términos absolutos en parte por el motivo mencionado y la inclusión de esa ventanilla que separa los mencionados pilares A.
- Los acompañantes, que comparten un banco corrido de 80 cm disponen de buen espacio diáfano para sus piernas.
- Inercias predecibles a pesar de su tracción trasera y su tara (2.352 kg).
- Algunos de los materiales empleados no transmiten la misma calidad que la versión de pasajeros.
- Cuenta con numerosos huecos, aunque no todos son aprovechables.
- El freno de estacionamiento está integrado en el mando que actúa como selector de marchas.
- La incorporación de frenos de tambor en el eje trasero no la hemos percibido como negativa durante la marcha pero este vehículo merece unos discos.
En definitiva, el ID. Buzz Cargo es una furgoneta eléctrica con un volumen de carga (3.900 litros) próximo al de una Caddy de batalla larga (3.700 litros), que probablemente no sea la primera opción para clientes flotistas, para los cuales los números mandan por encima de todo, pero con licencia para seducir a un público profesional 4.0 que busca imagen y prestaciones sin renunciar a la mayor autonomía que ofrece el mercado en este segmento a día de hoy.
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