Ford Transit Custom 2.0 EcoBlue 136 cv A8 AWD o cómo mejorar lo excelente
Prueba
Nos ponemos al volante de la nueva Ford Transit Custom, un modelo que viene con la difícil misión de reemplazar a un referente en su segmento. Adelantamos la conclusión: no defrauda.
Ha pasado un año ya desde nuestra primera toma de contacto oficial con la nueva Transit Custom, y una docena (de años) desde que hiciéramos lo propio con la primera generación que suponía la entrada de Ford en un sub-segmento en el que no tenía una representación específica.
Con casi doce años a sus espaldas la Transit Custom ha soportado el paso del tiempo con muy buena nota.
Quizá lo que más se le pudiera echar en falta es una actualización en el apartado de infoentretenimiento y digitalización del cuadro de instrumentos. La nueva soluciona ambas demandas y mejora otros parámetros que ya eran buenos.
El referente continua
Con doce y trece pulgadas de pantallas Ford ha resuelto la parte visual de las dos demandas mencionadas en el párrafo anterior. En el aspecto más operativo, nos agrada especialmente la implementación de funciones llevada a cabo en la parte multimedia.
Tras las trece pulgadas de esta pantalla táctil se esconde Sync 4, o lo que es lo mismo, la máxima conectividad de Ford en estado puro.
Ford ha decidido reservar un espacio fijo en la pantalla para tener siempre accesible el acceso a la regulación de la climatización, así como ofrecer un “botón” giratorio físico (ya fuera de la pantalla) para controlar el volumen del sonido (de la multimedia). Son decisiones que aplaudimos y que nos consta que son peticiones realizadas por muchos usuarios.
El nuevo cuadro de instrumentos sitúa también a nuestra protagonista con sus doce pulgadas a la vanguardia en lo tocante a la digitalización este elemento, aunque la manera en la que aparecen algunos menús para la personalización del mismo no ha conseguido el grado de excelencia que sí que se lleva su compañera de infoentretenimiento.
La cabina
Hemos comenzado por las demandas solicitadas respecto a la primera generación, que como hemos visto han sido sobradamente satisfechas. Ahora vamos con la cabina.
No encontramos diferencias significativas de volumen interior, aunque sí en la distribución de los espacios. No destaca nuestra protagonista por ofrecer demasiadas oportunidades de acomodo a nuestros objetos personales, aunque nos consta que esta gama cuenta con acabados que llegan a convertir el defecto en virtud.
Virtud es la posibilidad que brinda el volante de oscilar para convertirse en una práctica mesa, o el espacio diáfano que deja el acomodo de la “palanca” del cambio automático para el tercer pasajero (ver foto correspondiente).
Regresamos al apartado de almacenaje. Ford ha otorgado gran parte de esta responsabilidad a los generosos guarnecidos de las puertas y por supuesto al espacio que oculta el banco corrido de los dos acompañantes.
El salpicadero ha recibido un rediseño necesario especialmente para acoger la nueva pantalla de infoentretenimiento, pero se ha aprovechado para mejorar el aprovechamiento de la parte superior de éste, con la inclusión de bandejas de gran tamaño que según versiones pueden incorporar tapas, aunque la solución intermedia de nuestra unidad, que recubre en parte ese espacio con una especie de visera también es aprovechable.
Los acolchados de los asientos invitan a hacer kilómetros mientras que el conductor dispone de doble apoyabrazos y banqueta extensible. No lo hemos dicho antes, pero la marca mantiene la decisión de mantener una apertura máxima de la puerta que ronda los 45º, para bien y para mal.
En Ruta
Los 360 Nm de par motor que entrega nuestra unidades desde las 1.500 rpm nos hace pensar que estamos a los mandos de un vehículo que puede rendir por encima de los 136 cv declarados, aunque probablemente el cambio automático tenga algo que ver en ello.
Contar con ocho velocidades para gestionar un motor que mantiene su par máximo durante 1.000 revoluciones es jugar con mucha ventaja. Y tanta ventaja tiene nuestra protagonista para mantenerse en regímenes bajos con el objeto de conseguir consumos reducidos que a veces hemos notado que abusa de ello.
Este modelo se ha caracterizado desde su nacimiento por ofrecer una calidad de rodadura y un aislamiento acústico de primer nivel, y se puede decir que incluso se ha mejorado en esta nueva generación.
Acostumbrado a tanta excelencia, nuestro oído ha pillado en más de una ocasión a nuestra amiga rodando “demasiado” baja de vueltas, priorizando la economía sobre cualquier otro aspecto.
La electrónica que rige los cambios se ha mostrado especialmente protectora, no permitiendo hacer reducciones que dejaran el régimen por encima de las 3.000 rpm cuando empleamos el propulsor como freno motor
Por supuesto esto ocurre cuando optamos por la opción automática del cambio; si actuamos de modo manual podremos poner el régimen a nuestro antojo en cualquier situación, aunque también he de decir que el manejo del mismo (girando un tramo final de la palanca de cambio) invita a dejar que los automatismos se hagan cargo del asunto.
La electrónica que rige los cambios se ha mostrado especialmente protectora con este cuatro cilindros de dos litros conocido como EcoBlue, no permitiendo que su régimen sobrepasara las 3.000 rpm de manera directa cuando lo hemos querido hacer funcionar como freno motor, ni en modo manual ni en modo automático.
De los seis modos de conducción que ofrece, seguro que habrá ocasión de dar detalle del rendimiento real de la mitad de ellos (Resbaladizo, Remolque y Trail) cuando las condiciones climatológicas requieran su concurso. Los tres restantes (Eco, Normal y Sport) son sobradamente conocidos, y su denominación habla por si sola del rendimiento que puede llegar a ofrecer cada uno de ellos.
Por lo demás, todo al orden: los retrovisores cumplen con su cometido (mejor el izquierdo que el derecho), y las ADAS con el suyo, transmitiendo al conductor una elevada sensación de control y seguridad.
En Resumen
Mejorar un producto tan competitivo y bueno como la acreditada Transit Custom no era tarea fácil pero Ford lo ha conseguido. Su nueva propuesta se afianza en el apartado de infoentretenimiento y conectividad y sigue siendo un referente en seguridad activa y pasiva y en agrado de uso, y ofrece nuevas soluciones que probablemente irán incorporando otros fabricantes.
La nueva Ford Transit Custom es una furgoneta que brilla por unas virtudes que le van a permitir seguir siendo un referente en su segmento durante los próximos años.
Ficha técnica
- Modelo: Ford Transit Custom A8 AWD
- Motor: EcoBlue
- Cilindrada: 1.996 cm3
- Potencia: 136 cv
- Par motor: 360 Nm
- Cambio: automático de ocho velocidades
- Longitud: 5,05 m
- Altura: 1,99 m
- Anchura: 2,03 m
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