Malas noticias... para la competencia, tras conducir la Ford E-Transit
CONTACTO
Este primer contacto dinámico confirma que la E-Transit parte de una envidiable posición de salida frente a sus rivales directos.
Tras ponernos al volante de la nueva E-Transit, no nos cabe la menor duda: es el rival a batir en su segmento por números, por soluciones implementadas, por venir acompañada de Ford Pro, y por esas primeras sensaciones transmitidas en el plano dinámico, y que vamos a tratar en detalle.
A lo largo de su dilatada vida comercial (ponemos fechar su nacimiento a mediados de los años 60) la Transit ha sido una furgoneta muy valorada, especialmente en el apartado de cabina, tratando con un mimo especial al conductor y sus acompañantes.
Para un servidor fue la tercera generación (vamos por la sexta) la que mayor tierra de por medio puso con respecto a sus rivales de la época en este último apartado, además de haber sido hasta la fecha la más longeva de todas (1986-2000).
Como no estamos aquí para regalar lisonjas gratuitas, tampoco vamos a ocultar que en algunas fases de estos 57 años, la Transit cedía parte de los puntos conseguidos en su diseño cuando se entraba a valorar en profundidad el apartado motor, especialmente mejorado en los últimos años, y definitivamente resuelto con la incorporación de la generación de motores EcoBlue.
Este breve prólogo para introducir a nuestro protagonista está justificado porque la E-Transit, de salida, propone unas motorizaciones que en nada se parecen a las ofertadas por la competencia: la versión de 184 cv (que es la que hemos testado) ya la sitúa en un plano similar al diésel más musculado de su catálogo, pero la variante con 269 cv, a fecha de hoy, abre una brecha respecto cualquier modelo del mercado.
Tras esta primera toma de contacto dinámica con la E-Transit en asfalto catalán, y si se me permite el pequeño juego de palabras, todo apunta a que la nueva furgoneta “otomana” de Ford será “otro maná” para la firma del óvalo.
Me subo a bordo, y a falta de inserción para la llave de contacto encuentro un botón de arranque en su lugar que pulso, aflorando datos en el display del ordenador de a bordo a la vez que las cuatro agujas uniformadas de azul claro adoptan la posición de inicio en sus respectivas esferas.
Me cercioro de la ubicación del mando que permitió “la ignición”, agazapado en la guantera principal, y tras el ajuste correspondiente de asiento, volante, espejos y cinturón de seguridad (por ese orden), giro el selector del mando a la posición D, y acaricio con el pie el acelerador para la desconexión automática del freno de estacionamiento electrónico no resulte brusca.
El silencio de marcha invita a mantenerlo para no desvirtuar esa melodía callada de la máquina eléctrica. La merma de decibelios permite mantener una conversación a golpe de susurro, pero un mutismo inicial parece necesario para poner en valor esta nueva generación de confort acústico que muestra la E-Transit.
Las E-Transit alcanzan una velocidad máxima de 130 km/h, pero se pueden solicitar limitadas a 90 o 100 km/h como si de un camión se tratara, puesto que recordemos que estos son los límites máximos a los que se puede circular con este tipo de vehículos según su clasificación.
La nuestra es de las primeras. Pero la velocidad punta no nos interesa, la aceleración sí, y no defrauda. Dispone de tres modos a elegir: resbaladizo (no necesita explicación), normal (el rendimiento del motor es el máximo) y Eco (a cambio de moderar su respuesta, este modo consigue una mayor autonomía). La batería de 75 kWh (68 útiles) tiene unas dimensiones de 2,12 m x 1,14m y 20 cm.
La elección del modo se lleva a cabo mediante la pantalla táctil de 12 pulgadas que ahora incorpora SYNC 4. También podemos elegir incrementar la resistencia del motor eléctrico para conseguir una mayor regeneración (y más retención del vehículo) pulsando la L del botón central del selector del cambio.
Quizá hubiera sido más deseable que todas las posibilidades que brinda la E-Transit, tanto en modos de conducción como de regeneración, estuvieran agrupados en un solo mando, pero al margen de este detalle, los responsables de Ford han conseguido que la conducción del nuevo vehículo electrificado resulte realmente sencilla.
En definitiva, y a la espera de una prueba de mayor calado en nuestro recorrido habitual, que aporte datos numéricos, en el mundo de las sensaciones la E-Transit ha conseguido un elevada nota por todo lo dicho, y por algunos detalles más que enumeramos a continuación:
- Ofrece de serie, con su acabado Trend (el más modesto) un equipamiento generoso, especialmente en el apartado de seguridad.
- La calidad de los materiales está en el estándar al que nos tiene acostumbrados la marca, con dominio de los plásticos duros que facilitan la limpieza de los mismos.
- Entorno del conductor espacioso, confortable y agradable.
- Las vibraciones brillan por su ausencia.
- La experiencia de conducción mejora notablemente la ofrecida por las mecánicas diésel.
Precios
Ford ha creado todo un ecosistema con Ford Pro en torno a la E-Transit con el fin de facilitar la transición del cliente a la electromovilidad, y con ese fin, no tiene reparo alguno de mostrar los precios de todos sus productos. A continuación enumeramos algunos de los más significativos:
- Acceso gratuito durante el primer año a los 150 cargadores de la red de carga FordPass Blue Oval. A partir del segundo año el coste será de tres euros al mes (el coste de la recarga no está incluido en el precio).
- Ford Telematic gratuito durante el primer año. A partir del segundo el coste será de 20 euros al mes.
- Precio del Wallbox 11 kW (CA) o 22 kW (CC) 702 Euros (instalación no incluida).
- Coste de la navegación conectada, tres euros al mes.
- Precio base para la versión chasis cabina: 70.170 €.
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