El Gobierno insiste en la equiparación de los impuestos del diésel con los de la gasolina

El Gobierno insistirá en la equiparación de la fiscalidad del gasóleo y la gasolina. Es un compromiso adquirido con Bruselas y que el Ejecutivo intentó incorporar a su paquete fiscal, pero hace menos de un mes fue rechazado en la Comisión de Hacienda y posteriormente en el Pleno.

Si se hubiera aprobado esta equiparación de impuestos, los tipos del gasóleo de uso general y los biodiésel para uso como carburante hubieran pasado a 400,69 euros por 1.000 litros cuando ahora están en 307 euros por 1.000 litros. El gasóleo profesional, mecanismo de devolución de parte de los impuestos al que están acogidos la mayoría de transportistas, sería, en todo caso, una exención a esta subida impositiva. Sin embargo, sí que afectaría a los transportistas ligeros de mercancías, que no tienen derecho al gasóleo profesional. Y por eso suscitó el rechazo de las asociaciones de transporte.

Ahora, según apuntan fuentes de Podemos que recogen la agencia Efe, el Gobierno pretende rescatar esta medida en un decreto ley que se aprobaría antes de final de año, algo que por el momento no confirman fuentes del Ministerio de Hacienda. Podemos ha advertido este viernes de que rechazará esa subida si no va acompañada del impuesto a las grandes energéticas. El anterior intento de equiparar ambos impuestos no se aprobó, precisamente, por el voto en contra de Podemos.

En caso de que el real decreto ley llegara a materializarse, la formación morada rechazaría su convalidación en el Congreso a menos que vaya ligado al impuesto a las grandes energéticas, que todo apunta a que va a decaer a final de año por falta de apoyos parlamentarios para mantenerlo. "Es simplemente inaceptable que el Gobierno plantee una subida del impuesto especial de hidrocarburos mientras que no avanza en la aprobación del impuesto permanente a las empresas energéticas", critican desde Podemos, según recoge Efe.

Esto supondría "cargar" el coste de la transición ecológica sobre "los hombros de la gente" mientras se van "de rositas" las empresas energéticas, que son las "principales responsables de la contaminación que causa esa emergencia" climática.