No son camiones de última generación, pero en este video podemos hacernos una idea de cómo se las tenían que apañar para poner en funcionamiento aquellos camiones que recorrían las gélidas carreteras rusas el pasado siglo.
Son especialmente interesantes los primeros cuatro minutos de este video en el que se nos explica cómo en algunos casos eran necesarias hasta dos horas para arrancar un camión cuando las temperaturas rondaban los 60º C bajo cero.
La evolución del bigote de uno de los protagonistas es un claro termómetro del cotexto en el que desarrolla toda la acción. Afortunadamente los camiones han evolucionado mucho, y en nuestro país el cambio climático aún no nos castiga de manera tan severa.