En un comunicado de ACEA, emitido estos días, el organismo presidido por Ola Källenius le sugiere a la Comisión Europea obligar a los compradores de servicios de transporte a aumentar progresivamente la proporción de sus envíos gestionados por vehículos de cero emisiones para lograr aumentar el volumen de esta clase de vehículos “verdes” en las carreteras europeas. También le proponen establecer tarifas viales en función de las emisiones de CO₂ en todos los países del Bloque comunitario, garantizando que la Euroviñeta se aplique rápida y uniformemente, además de prolongar hasta 2030 la exención total de peajes para los vehículos de cero emisiones, entre otras medidas.
Me da la sensación de que, ante el sombrío panorama que se les presenta a los fabricantes, estos están tratando de trasladar la carga a los operadores de transporte y sus clientes, en un intento de eludir sus responsabilidades ante la política intervencionista de Bruselas.
¿Cómo es posible que en una economía capitalista de libre mercado, como la que se supone que rige en la UE, asistamos aún a intentos de corregir los efectos adversos de las políticas intervencionistas… ampliando el alcance del intervencionismo? Es inaceptable que intenten forzar el desarrollo de una industria automotriz artificial mediante regulaciones, utilizando medidas indirectas como los peajes o fomentando que las empresas cargadoras presionen a sus proveedores de transporte para que adopten vehículos de cero emisiones.
Es inaceptable que intenten forzar el desarrollo de una industria automotriz artificial mediante regulaciones, utilizando medidas indirectas como los peajes o fomentando que las empresas cargadoras presionen a sus proveedores de transporte para que adopten vehículos de cero emisiones
Dejar fuera del diálogo a los compradores de vehículos, en lugar de facilitar la transición, generará resistencias y efectos económicos negativos, como la prolongación de la vida útil de los vehículos actuales. Además, las medidas sugeridas por la patronal europea podrían generar efectos distorsionadores del mercado: si como comprador logro obligarte a adquirir cierto tipo de productos… el precio de los mismos ya no será consecuencia de la competencia y podrá ser impuesto por los vendedores. Y aplicar costes adicionales sin complementarlos con incentivos, infraestructura adecuada y apoyo financiero podría traerá consecuencias negativas, debilitando la competitividad del sector del transporte y, en consecuencia, afectando a toda la economía de los 27.
El denominado Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Industria de la Automoción Europea pretende encontrar soluciones ad hoc que sean limpias y competitivas. Realizar una revisión de la hoja de ruta trazada por la UE me parece un objetivo muy conveniente ya que, si nadie lo evita, podría culminar en la prohibición de la venta de coches de gasolina y diésel en 2035 en una industria donde, a día de hoy, los modelos de combustión siguen contando con un gran peso comercial en sus estrategias.
La transición hacia un transporte más sostenible debe abordarse desde un enfoque integral, que combine innovación, desarrollo tecnológico, incentivos a la demanda y mejoras en la infraestructura y respeto por el mercado. De este modo, se garantizará que el camino hacia la neutralidad en emisiones sea efectivo desde el punto de vista ambiental y también económicamente viable para todas las partes implicadas para no comprometer la competitividad de una industria que siempre ha sido motivo de orgullo para Europa y que es crucial para su prosperidad.