Renault Kangoo y Volkswagen Caddy: Rivales para rato
PRUEBA
Son las nuevas generaciones de estos cada vez más versátiles modelos. Ambos fueron presentados casi a la par, y tendrán que rivalizar durante los próximos años.
Son las dos alternativas existentes en la actualidad a la prole del grupo Stellantis, aunque por dimensiones podríamos decir que son más competidores entre sí que con el resto, pues prácticamente calcan sus cotas exteriores.
Las diferencias se miden en milímetros, salvo la longitud total del vehículo, vía trasera y distancia entre ejes, para poner a favor del modelo alemán tan solo poco más de un centímetro en el primer caso, dos en el segundo y cuatro en la batalla.
Es la TARA el dato en el que más se alejan, siendo el modelo francés 100 kg más ligero, aunque hay que decir que no son las versiones más equiparables para competir entre ellas por equipamiento, y precisamente el enorme techo panorámico del modelo alemán tenga mucho que ver con esos kilos “de más”.
Este Kangoo con acabado Zen es el más equipado dentro de lo que ofrece Renault en este momento, y aunque puede matricularse como turismo, la ficha técnica de nuestra unidad lo clasificaba como mixto adaptable (3100). Para esta homologación la gama Caddy dispone de su Kombi, mientras que la que presentamos en esta comparativa bajo la denominación Outdoor, con un carácter mucho más lúdico, está homologada como turismo (1000).
Más cercana a los 95 cv que entrega esta Kangoo hubiera estado también en el plano de rendimiento la Caddy motorizada con el propulsor de 102 cv. Recordemos que el modelo francés también está disponible en 75 y 115 cv, pero hablemos primero sobre la evolucionada propuesta motora del fabricante alemán.
Tomando siempre como base la habitual planta motriz de dos litros (1968 cm3) y asociada al ya conocido cambio de doble embrague (DSG) de siete velocidades Volkswagen ofrece un vehículo con mucho Ímpetu.
Con dos modos disponibles, Sport y Normal, al conductor le sorprenderá el empuje que ofrece el motor, sin recurrir a la opción más deportiva, gestionado por una electrónica que parece más preocupada por mostrar su músculo tan pronto pisamos el acelerador, que por ofrecer una entrega de par más tranquila y sosegada, acorde con las tendencias (de ahorro) de los últimos años.
Con esta decisión, Volkswagen ya tiene ganados a algunos conductores de antemano, pero hay que tener en cuenta que el consumo también se va a resentir, y con el precio del gasóleo rondando los dos euros el litro, no es el mejor momento para fardar de prestaciones.
El software busca acercarse a las 2.000 rpm (y no hablo del modo Sport, que acentúa más ese comportamiento), lo que supone, por ejemplo, que en autopista el vehículo circule más tiempo del deseable para nuestro bolsillo en 6ª, ninguneando a esa desmultiplicada y económica 7ª velocidad.
Sin embargo, aplicando una conducción racional, la Caddy puede alcanzar unos consumos realmente destacables. Pare ello habrá que recurrir a las levas del volante, para ajustar las revoluciones de trabajo a nuestras necesidades reales de caballería, y ayudar con el pie “picando” ligeramente el pedal del acelerador para adelantar el "eco-roll" (punto muerto) que permite esta caja de cambios, porque efectivamente, esta función en el DSG es sumamente útil con nuestro apoyo.
La electrónica lo activa cuando lo considera oportuno, pero ni tiene nuestros ojos ni conoce nuestros pensamientos (menos mal), y es una lástima no aprovechar en toda su amplitud las magníficas inercias que proporciona este sistema, que redondea una cadena cinemática tan refinada como eficiente.
Tampoco es desconocido el 1.5 dCi del Kangoo, asociado en este caso a una caja de seis desarrollos, que nos ha sorprendido por su tacto ya en sus primeros kilómetros de estreno (la unidad de pruebas tan solo contaba con unos pocos cientos de kilómetros de rodaje que la marca le había hecho previamente antes de entregarnos la llave.
También nos ha llamado la atención lo suelto que se ha mostrado el motor particularmente en 6ª, donde nos esperábamos algo más de retención del mismo al levantar el pie (del acelerador) y sin embargo ha aprovechado bastante bien las inercias (salvando las distancias con el “ecoroll” del DSG por supuesto).
Buen rendimiento el de esta mecánica con sus 95 voluntariosos caballos con méritos suficientes como para convertirse en la más popular de las tres que ofrece el fabricante francés, puesto que aunque equidista 20 cv de la inferior y de la superior, sobre el papel está mucho más cercana a esta última en rendimiento con sus 260 Nm de par, a tan solo 10 Nm de distancia (la inferior se queda 230 Nm).
A la vista de los resultados obtenidos, Renault parece haber apostado por el consumo (sin renunciar a un buen rendimiento), y lo ha conseguido. El nuevo Kangoo es capaz de cubrir 100 km con tan solo 5,3 l de gasóleo frente a los 5,8 de la furgoneta alemana, aunque también hay que decir en defensa de la segunda, que el tráfico le fue algo más adverso (las pruebas de consumo se llevaron a cabo en diferentes momentos).
Interiormente sí que existen diferencias notables de concepción, algunas de ellas propias de estas versiones. Antes de comenzar con ellas, simplemente mencionar que en la zona de carga, es decir los maleteros de ambos modelos, ofrecen unas dimensiones bastantes similares, siendo la cota de longitud la que más diferencia muestra, consiguiendo el modelo alemán 15 cm de ventaja sobre el metro largo que alcanza el vehículo francés.
No entramos más a fondo en este campo, puesto que en nuestro canal de Tik Tok ya ofrecimos las principales cotas, y esperaremos a la versión van de la Kangoo, para entonces sí, llevar a cabo unas mediciones mucho más exhaustivas.
El acceso a las plazas delanteras es uno de los puntos fuertes del nuevo Kangoo. El marco que descubre la puerta ofrece algo más de anchura que en la Caddy, pero sobre todo destaca la amplitud de apertura que alcanza los 90º.
Como estos modelos se “calcan” las dimensiones exteriores, esos centímetros ganados en el hueco de la primera fila ha tenido que cederlos a las puertas de la segunda, aunque en cualquier caso la entrada no presenta ninguna dificultad que merezca crítica alguna. Metro y medio se reparten los tres pasajeros de esta fila y una altura al techo (panorámico en la Caddy) que marca la diferencia (en ambos modelos) con respecto a cualquier monovolumen o SUV que se precie.
Ambos ofrecen un cuadro de corte clásico, “analógico”, coincidiendo en la ubicación del velocímetro, tacómetro, medidor del combustible, reloj de la temperatura y display en el centro. La Caddy luce una vistosa pero poco útil (por los reflejos sobre el parabrisas de los objetos que allí se coloquen) bandeja sobre el salpicadero mientras que Renault la sitúa sobre el parasol como en los modelos de mayor tamaño.
A pesar de ser una versión más destinada al ocio, el interior de la Volkswagen resulta más serio que el de la Kangoo, que incorpora incluso inserciones de “madera” y algunos cromados que realzan su imagen. Ambas tienen buenos acabados, con un salto de calidad enorme entre la anterior generación de Kangoo y ésta, mientras que la Caddy invita a pensar que será inmune al paso del tiempo, con unos ajustes excelentes.
También disfruta este modelo de freno de estacionamiento electrónico, mientras que la furgoneta francesa mantiene la clásica palanca mecánica.
Para finalizar, y a modo de curiosidad, casualmente ambos fabricantes tienen previsto ofrecer sus alternativas más ecológicas al inicio del verano. Volkswagen lo hará con una versión de la Caddy propulsada por gas natural, mientras que Renault ha apostado por continuar con la electrificación de su nueva Kangoo, una tecnología que recordemos ya estrenó hace una década en este mismo modelo.
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