Los camioneros esperan más de cuatro horas al día en los centros de carga

Las empresas transportistas italianas pierden tres mil millones de euros por los largos tiempos de espera en los centros de carga. Es la principal conclusión del Centro de Estudios Federtrasporti, proveedor de servicios de transporte por carretera de Italia, que realizó encuestas en 82.792 días hábiles a sus asociadas y compararon los datos con sus GPS y los tacógrafos.

El estudio refleja que los conductores italianos pasan casi la mitad de su jornada laboral esperando la carga y descarga de sus camiones: cuatro horas y 35 minutos. Con estos mismos datos, los camioneros pasarían un poco más de la mitad de su jornada laboral al volante: un promedio de seis horas y 18 minutos en una jornada de trabajo de media de 11 horas y 28 minutos (54,9 % del tiempo). De las cinco horas y diez minutos restantes (45,1%), si quitamos los 35 minutos de media dedicados a otras pausas (principalmente para comer), quedan esas cuatro horas y 35 minutos de espera.

Cálculo de la pérdida para las transportistas

Si estas horas de espera se multiplican por los 82.792 días examinados por Federtrasporti, esto significa una dispersión de 331.169 horas de trabajo, equivalente a 42.000 jornadas de conducción de 8 horas diarias. Si tenemos en cuenta que un conductor le cuesta a la empresa unos 50.000 euros al año, el coste total de estas esperas se puede estimar en unos 10 millones de euros.

A esta cifra hay que añadir el coste de la improductividad de los medios. Porque un camión es una herramienta de producción que genera una media de 140.000 euros de facturación al año. Sin expectativas, esta facturación podría crecer al menos un 15% (estimaciones de Federtrasporti). Un incremento que derivaría de la posibilidad de realizar un segundo viaje dentro del día o completar el primero. Haciendo una estimación aproximada, el incremento de facturación que podría producir todo el sector del transporte por carretera, frente a los 45.000 millones que genera actualmente, ronda los 3.000 millones de euros, siempre según cálculos de esta empresa italiana de servicios.

Aspecto humano: estrés y ansiedad

Federtrasporti también hace hincapié en la faceta humana de esta pérdida de tiempo. Asegura que los retrasos y las esperas generan de hecho un impacto significativo en la salud psicofísica del conductor, debido al estrés de tener que recalcular la conducción y la ansiedad por recuperar el tiempo, la sensación de indeterminación por no saber cuándo volver a casa, exposición a mayores costos. "No debe extrañar, por tanto, que un trabajo en el que se permanece tanto tiempo en una pausa temporal injustificada y en el que se mina la autoestima de los que esperan, acabe siendo poco atractivo. No es casualidad que cada vez menos personas tengan interés en practicarlo", asegura la empresa.