Tacógrafo: 35 años salvando vidas

Este año 2021 se celebrará el 35 aniversario de la implantación del tacógrafo en Europa, bajo una reglamentación armonizada que se inició con la entrada en vigor del Reglamento (CEE) nº 3821/85 del Consejo, de 20 de diciembre de 1985, relativo al aparato de control en el sector de los transportes por carretera.

Podemos decir que prácticamente España se estrenó en Europa con la publicación del citado Reglamento, ya que su integración efectiva como país miembro de la CEE se produjo el 1 de enero de 1986.

El invento de este dispositivo se produjo inicialmente por la necesidad de conocer datos de los trayectos de los trenes ya que para mejorar su puntualidad y cumplir con los horarios se hacía necesario encontrar un sistema que indicara de manera fiable la velocidad al conductor. En 1891, Gustav Adolf Hasler registró la primera patente de un mecanismo que permitió registrar la velocidad y el tiempo, así como la trayectoria recorrida por la locomotora.

En Europa desde 1966 ya era obligatorio registrar en una libreta las actividades del conductor bajo las disposiciones del Reglamento (CEE) n° 543/69 del Consejo, de 25 de marzo de 1969, relativo a la armonización de determinadas disposiciones en materia social en el sector de los transportes por carretera.

La evolución de la tecnología nos ha llevado hasta los tacógrafos inteligentes de segunda generación que permitirán, entre otros, no sólo registrar datos relativos a la actividad del conductor, para ver si cumple con los tiempos máximos de conducción y mínimos de descanso, distancia recorrida y velocidad de circulación, sino que además permitirán acceder a sus datos a distancia usando tecnología inalámbrica mediante un sistema de comunicación de baja frecuencia DSRC (Dedicated Short Range Communication).

Lo anterior significa que los agentes encargados de la vigilancia y control del tráfico, y los servicios de inspección de transporte podrán, de forma remota, acceder a posibles infracciones almacenadas en el tacógrafo o detectar posibles manipulaciones o usos indebidos, aunque no se podrán poner sanciones sin parar antes al vehículo y verificar las posibles infracciones de forma presencial.

Otra de las novedades que incorporarán los nuevos tacógrafos es que llevarán un localizador GPS que registrará su posición al inicio del trabajo y cada tres horas de conducción hasta el fin de su jornada. Además, permitirá registrar los pasos de frontera, interactuar con los ITS (Sistemas Inteligentes del Transporte) y otras utilidades para el conductor, como pagar el peajes o reservar plazas de estacionamiento.

En cuanto a los plazos de implantación del tacógrafo digital de segunda generación, serán obligatorios para vehículos matriculados a partir de agosto de 2023, los que a esa fecha ya cuenten con tacógrafo analógico o digital antiguos deberán cambiarlo por uno de última generación a finales de 2024 y los que ya cuenten con el tacógrafo digital de primera generación también deberán renovarlo en agosto de 2025.

Debemos tener en cuenta que las infracciones más habituales detectadas por el “Plan de Inspección del Transporte por carretera para el 2020” del Mitma son las referidas a los tiempos de conducción y descanso, destacando las infracciones por conducción ininterrumpida.

Por otro lado, atendiendo a los resultados de las campaña Operation Truck&Bus que desarrolla a nivel europeo la asociación RoadPol (European Roads Policing Network), las denuncias por exceso de horas de conducción son siempre las más numerosas. En concreto en la última realizada en febrero de este año se observa un incremento de un 3% respecto a la última, tramitándose 2.417 denuncias por infracciones relativas a los tiempos de conducción (2.388 a camiones y 29 a buses) y 314 por cuestiones relacionadas con el tacógrafo (300 camiones y 14 autobuses).

Un exceso en el tiempo de conducción, o una minoración en los tiempos de descanso, generan fatiga, somnolencia y provocan la aparición de distracciones, aumentando exponencialmente el riesgo de sufrir o provocar un accidente. Por lo anterior es por lo que se hace necesario el tacógrafo como instrumento para vigilar y controlar el cumplimiento de la legislación relacionada con los tiempos de conducción y descanso, que protege a los conductores profesionales en su trabajo diario. Su presencia a bordo inhibe tentaciones de incumplimientos legales y constituye un importante elemento de seguridad activa de gran ayuda para evitar siniestros viales.