El mensaje de la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) para la Comisión Europea no es nuevo, pero llega en un momento importante, porque el 5 de marzo presentará su hoja de ruta para la industria automotriz. "La UE se está haciendo un flaco favor a sí misma con su actual estrategia de descarbonización. La falta de neutralidad tecnológica está limitando la elección de tecnologías viables para cumplir los objetivos de reducción de CO2", asegura Raluca Marian, directora de la IRU para la UE. 

El Reglamento europeo de emisiones para vehículos pesados, aprobado el año pasado, obliga a la Comisión a que lo revise en 2027. IRU quiere que esta revisión se haga un año antes y que "garantice que sean tecnológicamente neutrales", es decir, que no se centre solo en los vehículos eléctricos. De momento, el Reglamento fija que en 2040 las emisiones de CO2 de los camiones se hayan reducido un 90% en comparación a las de 2019. 

IRU ha firmado una carta destinada a la Comisión con otras 20 asociaciones, entre las que está la asociación de fabricantes de componentes y diversas energéticas. En ella instan a los legisladores europeos a "que establezca las condiciones propicias y los incentivos necesarios para fomentar una mayor adopción de vehículos limpios, en lugar de imponer al sector privado mandatos de compra contrarios al libre mercado". Y es que IRU, como muchas patronales españolas del sector, hace semanas que carga contra la idea de la patronal de fabricantes de vehículos (ACEA) que propuso que a los grandes operadores de transporte se les debería obligar a hacer un número mínimo de servicios con camiones cero emisiones. 

Diálogo estratégico

Hace justo un mes que la Comisión Europea puso en marcha un diálogo estratégico sobre el sector automotriz, del que saldrá la hoja de ruta el próximo 5 de marzo. En un principio IRU quedó excluida de este diálogo, pero luego fue invitada a participar. IRU agradece ser escuchada, pero deja claro que rechaza una imposición de compra de vehículos y una estrategia basada solo en la electrificación: "Se necesitan varias vías complementarias para la descarbonización del transporte, incluidos combustibles sostenibles, bajos en carbono y renovables, para alcanzar los objetivos de la UE minimizando los costos. Las obligaciones de compra impuestas por la legislación a los propietarios de flotas contradicen los principios de mercado de la UE. En cambio, el enfoque debería centrarse en desarrollar las condiciones propicias necesarias y proporcionar incentivos operativos y financieros que permitan a los operadores comprar y utilizar estas tecnologías"

 La carta completa de IRU y otras 20 organizaciones se puede leer en este enlace.

'Clean Industrial Deal'

Aunque no tiene relación directa con el transporte, IRU también ha comentado un acuerdo presentado esta semana por la Unión Europea, el Clean Industrial Deal (o pacto por la industria limplia), que, según describe la Comisión Europea: "Describe medidas concretas para convertir la descarbonización en un motor de crecimiento para las industrias europeas. Esto incluye la reducción de los precios de la energía, la creación de empleos de calidad y las condiciones adecuadas para que las empresas prosperen". 

“La IRU acoge favorablemente el Clean Industrial Deal por la importancia que otorga a la competitividad para cumplir los objetivos de descarbonización. Sin embargo, se queda completamente corto al omitir sectores críticos que respaldan a la industria manufacturera y brindan servicios cruciales de movilidad sostenible”, valora Raluca Marian.