Ford Transit Connect City Van 2.0 diésel 102 cv: la saga continua
pruebas
La nueva furgoneta de la marca del óvalo inicia su andadura comercial en un entorno singular y con la difícil misión de mejorar a su antecesora.
La nueva gama Transit Connect, de la que forma parte nuestra protagonista, va a tener que desarrollar la mayor parte de su carrera comercial en unas circunstancias que jamás antes se habían dado en Ford Pro.
Para comenzar tiene que sustituir a un modelo que ha brillado con luz propia desde su lanzamiento, con una aceptación por parte de los clientes difícil de mejorar en algunos parámetros (interior, confort, agrado de uso), aunque en otros como la conectividad y las posibilidades multimedia pone claramente tierra de por medio.
Éste sería el primer escollo que le toca librar a la nueva gama, nada nuevo hasta el momento, porque la historia está llena de afamados modelos que hubieron de ser reemplazados por otros más modernos cuando el ciclo de su vida comercial finalizó.
Para potenciar ese confort y agrado de uso, ya adelanto que la nueva Connect separa los asientos del conductor y acompañante 22 cm que emplea para incorporar una muy práctica consola con varios compartimentos y un freno de estacionamiento de accionamiento eléctrico.
La banqueta de los asientos es casi cuadrada (50 cm de pala por 48 cm de ancho), ejerciendo el respaldo del copiloto como mesa cuando se abate, aunque en este caso con menor acierto que la mencionada consola central.
Contexto singular
La singularidad comienza cuando ponemos el foco en el origen de la recién llegada, fabricada por Volkswagen en la misma línea de montaje de la que sale la nueva Caddy, su gemela.
El asunto es que Ford, como han hecho y siguen haciendo otras marcas con distintos modelos (queda muy cerca el ejemplo de Volkswagen con su nueva Transporter), ha tratado de personalizar este modelo, y lo ha hecho en la medida en la que ha podido, pero se nota que "es una Volkswagen".
No tiene que ser especialmente malo ni bueno que se dé esta circunstancia (y para gustos los colores), pero el conductor que se siente frente al volante de la nueva Connect tiene que saber que no va a encontrar una "auténtica Ford". El feeling Volkswagen no queda completamente atenuado por la pátina aplicada por la marca del óvalo, percibiéndose en mayor medida que el feeling de Ford.
... la nueva generación de Courier ha pegado un espectacular estirón en tamaño respecto a su antecesora y podría convertirse en una alternativa real a la Connect más compacta...
Y para rematar este singular escenario nos encontramos con la nueva generación de Courier (el modelo que cierra la oferta de comerciales de Ford por abajo), que ha pegado un espectacular estirón en tamaño respecto a su antecesora, convirtiéndose en una alternativa real a la versión más compacta de la Connect.
Sirvan de ejemplo los siguientes datos: apenas cede un 7% en volumen de carga, un 10% en carga útil y poco más de 15 cm de largo exterior, contando además con una versión con motor diésel de 1,5 litros que rinde 100 cv frente a los 102 cv del dos litros de nuestra protagonista.
“Por encima” de la Connect quedaría la nueva Transit Custom, un modelo que aún en su versión más compacta cuenta con unas capacidades de carga bastante alejadas de las que ofrece nuestra protagonista de batalla larga, afortunadamente para ella, porque se trata de otro nivel de vehículo (y de precio).
Así pues, una andadura peculiar la que le espera al nuevo modelo de Ford, al que vamos a conocer un poco más en profundidad.
En ruta
Hay que aclarar en primer lugar que nuestra unidad de pruebas es la versión de batalla larga, que con una distancia entre ejes de casi tres metros (2,97 m exactamente) alarga su carrocería hasta los 4,85 m.
Este detalle contribuye más aún a mejorar su comportamiento y confort de marcha en carretera, aunque en realidad si nos mantenemos dentro de la legalidad vigente, las furgonetas con distancia entre ejes más reducidas ya no son tan saltarinas como lo fueran hace años con respecto a las de paso largo.
Hay dos detalles que nos han llamado poderosamente la atención en nuestra protagonista: lo suelto que estaba el motor a pesar de contar con apenas 600 km y la extrema suavidad del cambio de marchas.
No recordamos una palanca de accionamiento manual en un vehículo de pruebas que se desplace entre velocidades tan sutilmente como la que nos ocupa. No se trata de transiciones gomosas, simplemente muy fáciles (gráciles incluso se podría decir).
Son seis los desarrollos que ofrece esta caja que permite rodar a 100 km/h en 6ª con 1.600 giros de cigüeñal, que suben a 2.050 en 5ª. En 4ª el tacómetro se clava en 2.800 rpm, régimen en el que el dos litros se “encabrita” un poco advirtiendo que está en condiciones de poner a nuestra disposición su centenar de caballos (102 cv concretamente).
El TDI de origen Volkswagen ofrece un rendimiento que va a permitir mantener cruceros legales sin agobios incluso con cierto nivel de carga. Recordemos que está autorizado para transportar casi el 50% de su tara, es decir, que su compartimento de carga admite legalmente casi 700 kg de carga (684 kg exactamente), lo que supone una MMA de 2.300 kg, palabras mayores si queremos máximas prestaciones.
Nuestro cuatro cilindros se ha mostrado comedido en el consumo de gasóleo. Sin carga y respetando los límites de velocidad a los que está sometido, no pide más de cinco litros para cubrir 100 km, una cifra bastante buena para un vehículo que, por su condición de furgoneta, tiene más altura que un turismo y una MOM "Cervantina" de 1616 kg.
Y ya que hablamos de dimensiones, pongamos algunos datos más al compartimento de carga. Son 210 cm la longitud máxima a ras del suelo (a media altura la mampara reduce esta medida) y 159 cm de ancho que se quedan en 123 cm cuando ponemos el flexómetro entre los pasos de ruedas.
La altura útil supera ligeramente los 123 cm, y mientras que las dos hojas traseras admiten ángulos de abertura de 90 y 180 grados, la lateral ofrece un ancho máximo de 88 cm (85 cm en la zona más estrecha).
ADAS a granel
Le sientan bien las ayudas a nuestra protagonista. Y le sientan bien porque además de la nueva Transit Connect trajo bajo su brazo el premio Platino que otorga EuroNCAP (la mayor puntuación en seguridad activa) y que las que hemos tenido ocasión de chequear han funcionado muy bien, hay una que está muy bien traida.
Me refiero al asistente de ángulo muerto que se manifiesta en la carcasa del retrovisor.
Estos elementos devuelven al conductor una imagen limpia, fidedigna y poco reducida de su campo de acción, un lujo que se puede permitir el izquierdo, por estar más próximo al conductor, pero que penaliza el derecho, dejando un importante ángulo sin control visual.
Como decía antes, la intervención del asistente de ángulo muerto solventa el inconveniente y permite que el espejo pueda lucir todo su potencial.
Conclusión
La Connect es una "infiltrada" dentro del mundo Ford, emparedada entre dos gamas que brillan con luz propia, y cuyo potencial de venta va a depender mucho de la política comercial que decida aplicar la marca en este modelo (y en los que la secundan por arriba y por abajo).
Habrá que esperar para ver la aceptación que tiene esta nueva propuesta entre los clientes Ford de toda la vida, y si esta decisión sirve incluso para incrementar su cuota de mercado o no.
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