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IRU pide una difícil prórroga de seis meses a la entrada en vigor del tacógrafo inteligente de segunda generación

Los camiones que realizan transporte internacional tienen hasta el 31 de diciembre para instalarlo, o hasta agosto de 2025 si cuentan con un tacógrafo inteligente de primera generación. Si no lo hacen, se exponen a sanciones muy graves.

Hasta el 31 de diciembre no será obligatorio que los nuevos camiones tengan el tacógrafo inteligente de segunda generación.
La obligación de contar con el nuevo tacógrafo es una norma del Paquete de Movilidad europeo aprobado en 2020.

A los camiones que realizan transporte internacional se les acaba el tiempo para equiparse con los tacógrafos inteligentes de segunda generación, lo que se conoce con el anglicismo retrofit, que significa literalmente modernización. La Organización Internacional del Transporte por Carretera, IRU, ha pedido a la Comisión Europea una prórroga de seis meses que será difícil de conseguir porque, para empezar, quedan pocos meses para la entrada en vigor de esta obligación del Paquete de Movilidad europeo aprobado en 2020.

El último día para tener instalado un tacógrafo inteligente de segunda generación es el 31 de diciembre para los vehículos pesados que cuentan con un tacógrafo analógico o digital. Para los camiones que ya cuenten con un tacógrafo inteligente de primera generación el último día para realizar el retrofit es el 1 de agosto de 2025. Si estos límites no se posponen, los que no hayan modernizado sus tacógrafos se enfrentan a sanciones muy graves. Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de la asociación española Astic, miembro de IRU, explica que conducir con un tacógrafo que no es el que recoge la legislación es como conducir sin tacógrafo. Por tanto, además de a las multas, las empresas de transporte se exponen a perder la honorabilidad que les permite operar.

Para solicitar el aplazamiento de seis meses de esta norma, IRU ha enviado una carta a DG Move, el departamento de la Comisión Europea responsable del transporte y la movilidad. El presidente de IRU, Radu Dinescu, también lo pidió en el encuentro que mantuvo la asociación de transportistas con diversos europarlamentarios la semana pasada, según recoge la asociación rumana Untrr, también miembro de IRU.

Sin unanimidad

Al contrario de lo que ocurre con otras peticiones de IRU que son aprobadas por todos sus miembros, esta no ha suscitado un consenso unánime, aunque sí ha recibido el visto bueno de la mayoría. No todas las asociaciones tienen la misma preocupación por la obligatoriedad del retrofit. La obligación de contar con el nuevo tacógrafo es solo para el transporte internacional y hay países que apenas realizan este tipo de transporte frente a otros, como los del este de Europa, que se dedican mayoritariamente a él.

Además, la petición de IRU de retrasar el retrofit ocurre en unos meses en los que la Comisión Europea se encuentra en un cambio de mandato. La presidenta, Ursula von der Leyen, ya ha sido reelegida para su segundo quinquenio, pero no sus nuevos comisarios. Apostolos Tzitzikostas es el político designado por Von der Leyen para ser el nuevo comisario de Transportes en sustitución de Adina Valean, pero tiene que pasar el filtro del Parlamento Europeo y no tomará el cargo formalmente hasta finales de año.

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